Fundación Mainel · Solidaridad y cultura transformadoras

#CooperaciónEficaz | «No se trata de recibir, sino de colaborar todos»
Ser profesor en Perú no es algo fácil. Las niñas no juegan a ser maestras en este país. La profesión está totalmente desvalorizada, principalmente en las zonas rurales. Los docentes tienen  un sueldo muy bajo, poca preparación y pocas oportunidades para mejorar.

 

Aún sí, haciendo frente a estos problemas, encontramos a personas con vocación, capaces de amar su profesión y de contagiar su entusiasmo a compañeros, estudiantes y familias. En una ocasión escuche que las profesiones vocacionales son esas que “huelen”, como periodista, médico, maestro de pueblo… No lo llamaría yo olor, pero cuando conoces a alguien que trabaja con amor a su profesión algo desprende, algo te llevas contigo.

 

“No es solo mi compromiso, es el de todos los profesores. Soy de este lugar, quiero este lugar, amo a mi pueblo”

 

 Dagoberto Sarango es director de una escuela de 300 alumnos en Villa Batanes, en Piura. Cuando hablamos con él, durante nuestro viaje a Perú nos transmite su entusiasmo y su pasión por la educación, y también, por supuesto, la transmite a todo su equipo (20 docentes): “No es solo mi compromiso, es el de todos los profesores. Soy de este lugar, quiero este lugar, amo a mi pueblo”. No en vano, su familia es una de las más comprometidas de Batanes. Su mujer es líder de la comunidad y juntos se han involucrado en la creación de equipos de fútbol, en conseguir agua potable, posta médica en condiciones… Y siempre con una filosofía:“No se trata de recibir, sino de colaborar todos. Ustedes nos han ayudado un poquito en el desarrollo de nuestro pueblo, pero ha de ser un desarrollo sostenible y nuestro. Si algo es nuestro, ponemos de nuestra parte”. Dice en clara alusión a su entender de la cooperación  al desarrollo y de la ayuda española en Perú.

 

«¿De qué sirve desarrollar lo material si la parte humana no se forma?»

 

Pero este profesor de vocación no espera a que las instituciones vayan a solucionarle los problemas. Sí exige lo que debe hacer su gobierno, pero mientras tanto, no deja pasar ninguna oportunidad:”Antes se reían de nosotros, decían, mira estos alumnos, estudian en corrales de chanchos (cerdos), porque teníamos paredes con materiales rústicos, como palmas o barro. Pero a nosotros nos preocupaba el desarrollo humano. Y poco a poco también fuimos desarrollando la parte física… Pero yo digo ¿de qué sirve desarrollar lo material si la parte humana no se forma?”

 

La escuela cuenta hoy en día con unas instalaciones en perfectas condiciones, con algunos ordenadores, algunos gracias a un proyecto de Mainel junto a la Universidad de Piura. Estas instalaciones se han construido y se mantienen con el apoyo de profesores, estudiantes y padres y madres. De hecho, están pensando en excavar un pozo para mejorar el suministro de agua, y lo harán con la ayuda de todos. Recientemente han adquirido un préstamo que pagarán “de a poco” para comprar un proyector: “El gobierno nos prometió uno, pero hasta que llegue… mis alumnos no pueden quedar atrás”. Y lo siguiente es Internet. Ahora funcionan con un modem USB, que comparten los alumnos y los profesores, que se lo llevan a su casa cuando lo necesitan para preparar sus clases. Nuestro sueño más inmediato,“que pronto podamos tener conexión en todos los ordenadores del aula de cómputo”.

 

Dragoberto participó en un proyecto de la Universidad de Piura en el que laFundación Mainel colaboró. Gracias a la iniciativa, cerca de 1.000 profesores tuvieron la oportunidad de mejorar sus capacidades pedagógicas y metodológicas para mejorar su trabajo, y por tanto, la educación de los niños y niñas en Piura.

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