El 20 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño. La fecha se estableció en conmemoración de la Convención sobre los Derechos del Niño, que fue aprobado por la ONU el 20 de noviembre de 1989. Esta convención supuso un gran paso, puesto que a partir de entonces se reconoció a los niños como agentes sociales y titulares de sus propios derechos.

Este año la Convención cumple 25 años, y desde el Macroscopio queremos destacar los logros que se han conseguido, pero también planteamos los retos que quedan por cumplir. ¿Quieres conocerlos? Te lo contamos en infografías.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó algunos de los desafíos que aun nos quedan por delante. La mortalidad infantil se ha reducido a la mitad, aunque todavía queda alcanzar el objetivo  marcado para el 2015. Uno de los grandes problemas lo encontramos en la causa de estas muertes, las enfermedades prevenibles, que afecta principalmente a los niños menos de 5 años.

Según la Organización Mundial de la Salud, casi 750 millones de personas en el mundo no acceden a agua limpia y éstas causan el 80% de las enfermedades. La falta de acceso a agua limpia provoca alrededor de 3,5 millones de fallecimientos.

Unicef tiene un desafío marcado para 2030: eliminar la defecación al aire libre; lograr el acceso universal al agua potable básica , saneamiento y  la higiene de los hogares, las escuelas y los centros de salud ; reducir a la mitad la proporción de la población sin acceso en casa a agua potable; eliminar progresivamente las desigualdades en el acceso.

Se ha conseguido mucho, de hecho, se ha logrado el objetivo del desarrollo del milenio logrando reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable; pero todavía queda mucho por hacer.

La escolarización es uno de los objetivos que más éxito ha tenido. Se ha conseguido una paridad de género en la inscripción primaria y secundaria, alcanzando en 2011 el 97%. Igualmente encontramos que el 90% de los alumnos que cursaban primaria terminaron con sus estudios.

Junto a estos logros también encontramos desafíos. Más de 50 millones de niños siguen fuera del sistema escolar y, de ellos, unas tres cuartas partes viven en países afectados por la violencia. Más de la mitad de ellos vive en África y  una quinta parte en Asia meridional. El Banco Mundial expone que el progreso educativo está rezagado en casi todos los países debido a la situación de los pueblos indígenas, los bajos ingresos, las cuestiones de género o la discapacidad.

Los datos no son sólo un número, son una realidad plasmada que debemos tener en cuenta e intentar mejorar. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula que en la última década más de dos millones de niños han muerto en conflictos armados, seis millones han resultado heridos o mutilados y un millón han quedado huérfanos. Más de 300.000 niños han sido obligados a convertirse en soldados o en esclavos sexuales. Niños de 87 países viven rodeados por 60 millones de minas terrestres y 10.000 niños al año siguen siendo víctimas de estas armas.

Las soluciones deben empezar por abajo, por lo que si conseguimos que se cambian las leyes, que los niños nacidos tengan una nacionalidad, que no sean apátridas, no se convertirán en refugiados, no se rodearán de la violencia que supone y no acabarán siendo contabilizados en datos para poner a la sociedad al corriente de lo que ocurre.

Sigue en Twitter la celebración con el hashtag #CDN25Años.